El encuentro, si bien todavía no tiene fecha confirmada, se empezaría a discutir la semana posterior a los comicios del 22.
La pretensión del oficialismo es reunir a todos los jefes provinciales para mostrar una gestión dinámica y con diálogo, tal como se logró en diciembre del 2015, cuando acudió incluso Alicia Kirchner, gobernadora de Santa Cruz, y quien en ese momento sostenía una relación de mutuos reproches con el Gobierno nacional.
En la mesa del encuentro se pondrá en discusión la agenda económica que atañe directamente a los distritos provinciales y que mayormente regula el Gobierno, como la ley de Presupuesto; la responsabilidad fiscal de las provincias, que se busca convertir en ley, y la reforma tributaria, que trabaja el oficialismo desde hace ya tiempo en consulta con todos los sectores.
Otro de los puntos calientes de la reunión será seguramente el reclamo de la provincia de Buenos Aires, que llegó a la Corte Suprema por el Fondo del Conurbano, por unos 50 mil millones anuales, que se reparten entre todos los distritos y que impactarían negativamente en las cuentas provinciales si se los termina quedando por vía judicial la gobernadora María Eugenia Vidal.
En el Gobierno ya delinean la estrategia para lograr que todos los mandatarios acudan al llamado presidencial: están los incondicionales, como el salteño Juan Manuel Urtubey y el sanjuanino Sergio Uñac; también los más esquivos, como el formoseño Gildo Insfrán o la propia Alicia Kirchner, aunque más allá de las clasificaciones, ningún gobernador ha roto lanzas con el Gobierno como para declinar la invitación.