Ayer por la tarde se realizó el taller “Hilvanando Memorias”, en la Asociación Juan XXIII, ubicada en Malvinas Argentinas 1135. El mismo estuvo a cargo de Hamilton Suarez Betancurt, profesor de historia recibido en la Universidad Nacional de Colombia.
En el marco de su estadía por la región, Suarez Betancurt desarrolló un taller sobre recuperación de la memoria colectiva. En diálogo con época, explicó que el mismo consiste en un ejercicio grupal en el que, través del tejido, se va liberando la memoria de los individuos. En este sentido, señaló que “el taller sirve para construir y brindar herramientas para ser conscientes de los procesos históricos que constituyeron a una comunidad. Se utilizan diferentes metodologías que ponen en evidencia que las memorias individuales traspasan a las de los otros y configuran lo que se denomina memorias compartidas o colectivas”.
En este taller, se solicitó que los participantes llevaran retazos de tela, hilos, lanas, agujas, engrapadoras y fibrones. Con este material se fue armando un “tejido” particular. Sobre ello el profesor colombiano observó: “Cada ejercicio arroja la construcción de una memoria que tiene diferentes formas, texturas y colores, pero todas ellas vistas a través de un tejido, que traduce las relaciones sociales y culturales de las personas”.
Lo que se hizo durante el taller, según Betancurt fue “representar la memoria a través de una metáfora, convertirla en algo palpable a través de alguna simbología. En este caso es el tejido, y están las telas que son las memorias individuales y familiares. Las cercanías son las relaciones sociales que emparentan, que integran a las comunidades y a las personas para armar una memoria colectiva”
El taller en Corrientes
Para este referente, cada taller es una sorpresa porque “la memoria es la parte más intima de los humanos”. Obviamente salieron a relucir temas como los ancestros; los primeros habitantes; los abuelos; las luchas y reivindicaciones culturales; las redes sociales y la fraternidad entre vecinos, familiares y amigos.
Por último, aclaró que la memoria tiene muchos géneros, diversas formas, texturas, ente ellas la tristeza y el drama, así como el amor, lo bello, el reencuentro. En muchos ejercicios, los familiares se reencuentran o la gente revive recuerdos de la infancia o de otros momentos de la vida que están ahí dormidos. Le parece muy útil la herramienta porque las comunidades que han sufrido, hacen catarsis, y es una buena forma de encontrar los basamentos de una sociedad“.
La memoria sirve para afianzar las redes solidarias, para diferenciarse del otro, pero también para afianzar los lazos internos”, finalizó.
El método
Suarez Betancurt proviene de Medellín (Colombia), un lugar en el que el rompimiento de los tejidos sociales ha causado mucho daño. Contó a época que su ciudad natal fue debastada en los 80 y 90 por sucesivos conflictos, como la guerrilla, el narcotráfico y el terrorismo de estado. Es allí donde se realiza este tipo de intervenciones en las que “la memoria se realza como una posibilidad de perdón, de reconciliación, pero también en garantía de no repetición. Lo que hacemos es sacar a la luz esos recuerdos que se quieren esconder, así sean muy dolorosos, precisamente para garantizar que eso no se vaya a repetir”, expresó.
Fuente: Epoca