La mujer se defendió diciendo que era sometida por su ex marido desde los 14 años, cuando era su alumna, y obligada a participar de las fiestas swinger que ocurren en la mansión de la víctima, en Punta del Este. Mientras tanto, las cámaras de seguridad sirvieron para identificar al conductor del auto, quien señaló a la acusada.

Según publica El País de Uruguay, los sicarios fueron contactados en Montevideo y hay cámaras de vigilancia que muestran cuando el hombre, que era compañero de trabajado de la mujer, los pasa a buscar entre las paradas 41 y 42 de la playa Mansa.

“Las imágenes permitieron reconstruir la ruta de arribo y de salida del automóvil empleado por los dos sicarios para llegar al edificio donde residía la víctima”, publica el medio uruguayo.

"La Sra. M. le pidió a S. que el lunes no le falle… que venían dos muchachos de Montevideo para darle un susto a su exmarido. M. le dijo que tenía que recoger a esas personas en la rambla; que uno de ellos vestiría un saco negro; que lo iban a estar esperando y que los tenía que llevar a la vuelta de la casa de V., esperarlos y luego dejarlos en el mismo lugar donde los había recogido. Asimismo, le dijo que esto se concretaría a la hora 21:30, y que fuera en su vehículo personal", según se desprende de la vista fiscal.

Ellos se habían casado en 1997 y se divorciaron el 2016. "Mi ex esposo fue denunciado hace dos años y medio por proxenetismo", declaró ella a El País y agregó: "Él estaba suspendido de su cargo por problemas similares con estudiantes".