La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) acordó, días atrás, en una histórica decisión “el reemplazo gradual de los aportes del Estado por alternativas basadas en la solidaridad”.
Esto implica la renuncia a unos 130 millones de pesos que recibe cada año esa institución y conformó una comisión que trabajará en la creación de un fondo solidario, además de continuar en diálogo con el gobierno nacional para consensuar “diversas alternativas que facilitarán” el traspaso de una modalidad a la otra.
Entre los obispos presentes, fue de la partida el emérito correntino, Domingo Salvador Castagna, quien en diálogo con época reflejó al respecto que “estoy de acuerdo con lo consensuado en el 116º Asamblea Plenaria de CEA que se hizo en la ciudad de Pilar. Allí se decidió el reemplazo progresivo de los aportes que hace el Estado Nacional y a su vez se promovió la creación de la Comisión Episcopal para el sostenimiento de la misión evangelizadora de la Iglesia”.
“La iglesia tiene que cobrar mayor libertad de los poderes y el Estado, para servir mejor en sus funciones. Exige una enorme libertad el misionar sin ataduras al poder, lejos de la prebenda y los interés mezquinos”, acotó Castagna con su habitual lectura de los hechos de la realidad social inmediata.
“No hay mala relación con el Gobierno Nacional, hay diálogo y se buscan alternativas para que la quita de esos 130 millones de pesos que otorgan a las Diócesis del país no sea tan abrupta, más allá que hoy día ese volumen de dinero no es tan alto, habida cuenta de los montos que se manejan en los presupuestos políticos”, describió.
“El no recibir más aportes del Estado potenciará los vínculos de la cooperación y solidaridad. La gente es muy generosa, se buscará ese camino, el de la mancomunión. Puede ser una oportunidad muy buena para robustecer los lazos con la comunidad. Comparto aquella memorable frase de monseñor Enrique Angelelli: “Hay que seguir andando nomás, con un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio”, aseveró el pastor de 87 años, quien -el mes pasado- fue declarado “Ciudadano Ilustre de Corrientes”.
“Hace 25 años que resido en esta provincia y en diciembre se va a cumplir 40 años de mi consagración episcopal. Estoy muy feliz de vivir aquí y tengo contacto permanente con la comunidad”, culminó.