Un sujeto identificado como Bob Long realizó un macrabro hallazgo al cazar un ciervo en el Condado de Ballard, en Kentucky, Estados Unidos. El animal tenía dos cabezas y una de ellas estaba putrefacta...
El animal que Long había cazado se había peleado con otro macho hacía tiempo. La cabeza de su rival terminó incrustada en su cornamenta luego de que el cuerpo se desprendiera por la descomposición.