Los efectivos del GRIM 4, ante la denuncia de vecinos, llegaron hasta un domicilio ubicado por Quinquela Martín y J. Muñiz, en el límite entre los barrios Popular y San Gerónimo, allí se realizaba una fiesta clandestina con la concurrencia de muchos jóvenes.
La comitiva policial cumplió con las directivas vigentes impidiendo la continuidad del encuentro, retirando a los jóvenes (unos 50, incluido algunos menores) e invitándolos a volver a sus hogares.
Lo llamativo del caso es que entre los concurrentes que fueron demorados casualmente también terminó dentro del procedimiento un joven que realizaba el servicio de "motomandados".