La crisis desatada en 2018, bajo el gobierno de Mauricio Macri, y agravada por la pandemia de Covid-19, tuvo a los salarios de los trabajadores como una de las principales variables de ajuste. En efecto, el salario medido en dólares es un 72% más bajo que hace cuatro años y se ubica en niveles similares a los de 2003. El economista Nery Persichini reflejó este deterioro de los ingresos al mostrar que el salario, según la Remuneración imponible promedio de los trabajadores estables (RIPTE) y evaluado al dólar "contado con liqui" (CCL), fue de u$s461 en noviembre de 2021, mientras que en noviembre de 2017 era de u$s1.689. Ese fue el pico de los últimos años, en un contexto de atraso en el tipo de cambio oficial, desregulación total de la cuenta financiera y endeudamiento, un combo que terminó desembocando en las bruscas devaluaciones del año siguiente, una vez que Argentina perdió el acceso al crédito internacional. En paralelo, Persichini remarcó que el salario de fines del año pasado equivalía al 26% del máximo de la convertibilidad (u$s1.741), al 43% del valor previo a la crisis de 2001 (u$s1.080) y al 32% del máximo verificado en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (u$s1.436). Vale remarcar que aun en este duro contexto, los datos finales de 2021 probablemente terminen arrojando una mejora de los salarios reales respecto de 2020. Según los últimos números del INDEC, los salarios le ganaron a la inflación en octubre por cuarto mes consecutivo. De ese modo, acumularon un alza del 43,9% en los primeros 10 meses de 2021, contra una inflación del 41,8% en el mismo período. Mientras tanto, de acuerdo con el RIPTE, los sueldos habían mejorado hasta noviembre un 2,5% en términos reales