Con una volatilidad sin precedentes en la historia democrática reciente, cambia día a día el humor y las tendencias de los electores brasileños. Adherentes al opositor Aécio Neves, en la primera semana que siguió a la primera vuelta, ahora se vuelcan definitivamente hacia Dilma Rousseff.

Dos nuevas encuestas publicadas ayer por Datafolha e Ibope, sin duda las mayores consultoras de Brasil en esa área, muestran que la presidenta abrió una brecha que su adversario difícilmente conseguirá cerrar antes del domingo. En ambas, Rousseff obtiene una ventaja nítida, con 54% de las intenciones de voto contra 46% de su antagonista, el ex gobernador de Minas Gerais.Para Datafolha, este es el tercer sondeo que muestra a la presidenta al frente de su rival.

En el caso de Ibope, es la primera consulta que publica desde hace una semana, cuando el senador Neves parecía correr con el mejor caballo. Ambos institutos ayer dejaron atrás la evaluación de “empate técnico”, sobre el que se habló hasta el miércoles, en la que los candidatos aparecían “numéricamente” uno al frente del otro y que abonaba las sospechas de una disputa muy reñida. Las propias encuestadoras se ocuparon de dilucidar qué medió para hubiera una inversión de las tendencias, ahora definitivamente favorable a la reelección de Dilma.

Entre los datos más relevantes se observa el crecimiento de la popularidad de la presidenta brasileña en el nordeste del país, una región que incluye al estado de Bahía, el cuarto distrito en importancia por número de electores. En 10 días, Rousseff consiguió crecer 8 puntos en esa populosa región, algo que no es de extrañar: en los años de gobierno de Lula y de Dilma, esa región triplicó la cantidad de estudiantes universitarios; una expresión clara del progreso social en una parte del país a la que el ex presidente Fernando Henrique Cardoso solía llamar de “la India brasileña”; por la pobreza, la violencia y el alto nivel de analfabetismo.

El sociólogo Cardoso llegó a crear el concepto “teórico” de “Belindia” para definir su país: una mezcla de una Bélgica desarrollada, en el sur y sureste brasileño, y una India paupérrima y atrasada en el nordeste y el norte. El ex jefe de Estado, padre político de Aécio Neves, volvió a insistir en esa tesis hace dos días cuando declaró en una entrevista a la prensa brasileña: “El PT se basa en los menos informados, que coinciden con ser los más pobres. No es que por ser pobres apoyan al PT; es que son los menos informados”.

No le hizo ningún favor a su ahijado; es que esa caracterización resultó un “escándalo” debidamente aprovechado por Dilma en la propaganda electoral televisiva. Resultado: Dilma subió de 56 a 68% de las intenciones de voto en esa amplísima región, en menos de una semana.No todo se debe al nordeste brasileño. Rousseff logró conquistar una buena porción del electorado femenino. Y creció en forma sustantiva en el sur del país: son 14 puntos más que siete días atrás. Mucho de este terreno ganado se debió al cambio en la “sensación de bolsillo”, ya que este ha sido el mes del menor desempleo de la historia brasileña: apenas 4%. Según Ibope y Datafolha, la reacción de la economía del país se tradujo en una sensible mejora en la evaluación del gobierno: 44% considera que la gestión de Rousseff es “buena o excelente”; hace un año, tocaba un piso de 30%.

Otro dato que toman en cuenta los analistas es como trepó la cantidad de encuestados que consideran que en esta elección ganará Dilma. El 51% le dan todas las credenciales del triunfo, mientras que Aécio se lleva solo 39%. Uno de los principales analistas de las tendencias electorales, José Roberto de Toledo, señalaba ayer: “El movimiento del electorado en dirección a la candidatura de Dilma a lo largo de la última semana fue homogéneo: ella creció en casi todos los segmentos demográficos y en casi todas las regiones. Es una señal de que el crecimiento de la candidata petista es consistente”.

Pero como buen observador, Toledo no se juega por los resultados del domingo. “Dejemos esas especulaciones para la Bolsa”, dijo. En los últimos días los operadores bursátiles y financieros han estado muy activos: suben y bajan al calor de los sondeos. Se ponen “felices” con Aécio en la delantera y se “entristecen” cuando Dilma lo sobrepasa. Eso explica el ritmo frenético, positivo o negativo, que caracteriza a las acciones de Petrobras y a la cotización del dólar.