Familiares, abogados, funcionarios judiciales y dirigentes políticos despidieron este sábado los restos de Julio César Strassera, el emblemático fiscal del juicio a las juntas militares de la última dictadura, quien falleció el viernes en un sanatorio del barrio porteño de Caballito, donde permanecía internado en terapia intensiva desde hacía diez días.

Strassera fue velado en una ceremonia íntima en una sala del barrio porteño de Núñez. Tras un fuerte aplauso de los presentes, el cortejo fúnebre partió hacia el cementerio Jardín de Paz, en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas, donde fueron depositados sus restos.

Los legisladores Gerardo Morales, Adrián Pérez e Ignacio De Mendiguren y el auditor general de la Nación, Leandro Despouy, fueron algunos de los que asistieron al cementerio, acompañados por el fiscal Carlos Stornelli y los ex camaristas del juicio a las juntas militares Ricardo Gil Lavedra y León Arslanián. Gil Lavedra fue además el único dirigente que acompañó a la familia durante el traslado del cajón con los restos del fiscal.

El ex presidente Eduardo Duhalde también participó de la ceremonia. "La historia lo va a recordar como uno de los hombres más importantes de la democracia recuperada", arriesgó.

En diálogo con TN, Duhalde recordó los juicios contra la cúpula militar de la última dictadura. "En ese momento difícil, mi partido, el justicialismo, no entendió esa etapa y eso nos costó caro", señaló.

Por su parte, Graciela Fernández Meijide se refirió a aquel proceso. "Fue en ese momento un fiscal que hizo comprender qué significa un fiscal, un fiscal que acusa en nombre de todos nosotros. Mucha gente se vio hablando a través de la boca de Strassera", advirtió en declaraciones a C5N.

Además, la ex ministra de la Alianza destacó que el Gobierno haya decretado dos días de duelo por su muerte. "Se lo merecía porque formó parte de un momento de la historia que fue bisagra, cuando se recuperó la democracia", sostuvo.

Nacido el 18 de septiembre de 1933, Strassera fue nombrado Secretario de Juzgado en 1976 y durante la dictadura fue promovido como fiscal general, desde donde atendió los pedidos de hábeas corpus solicitados por presos políticos, que eran mayoritariamente denegados. En 1985, durante la presidencia de Raúl Alfonsín, fue el encargado de realizar la acusación contra los jerarcas del gobierno de facto por las desapariciones y torturas perpetradas durante el período 1976-1983, a quienes le espetó el histórico "nunca más".