El doctor Rubén Leiva habló tras la trágica muerte del abogado Ernesto “Tito” González, el pasado miércoles cuando un cliente acusado de abuso lo mató de seis disparos en una confitería céntrica.
“Esto no debía pasar, la noche anterior habíamos acordado desayunar en otro lugar, pero por una cuestión de habitualidad Tito fue esa mañana”. Además afirmó “él nunca cobró 140 mil pesos por defender a Martínez, lo que el percibió no llega al 20 % de esa suma”. "Lo mató la persona menos pensada, ese señor era un ser oscuro y maligno; un desquiciado".
El Dr. Rubén Leiva habló tras la trágica muerte del Dr. Ernesto “Tito” González, el pasado miércoles cuando un cliente acusado de abuso lo mató de seis disparos por la espalada en una confitería céntrica.
“Esto no debía pasar, la noche anterior habíamos acordado desayunar en otro lugar, pero por una cuestión de habitualidad, Tito fue esa mañana”, aseguró el socio de González y dijo “yo llegué tarde porque llevé a mis hijos al colegio y no tenía dónde estacionar, si hubiera estado habría sido una matanza terrible”.
Asimismo indicó “cuando logré estacionar, veo gente que salía corriendo de la confitería y alguien me dijo “lo mataron a Tito” ahí entré y me encontré con el hecho”. Además el letrado resaltó “desde hace cuatro años nos reunimos a la misma hora para desayunar en ese lugar”.
Por otro lado afirmó “no es cierto que por esta causa haya cobrado 140 mil pesos, lo que percibió no llega al 20% de esa suma”. También aclaró “Martínez estaba acusado por abuso y necesitaba un abogado, pero no era inminente su arresto”.
"Lo mató la persona menos pensada, ese señor era un ser oscuro y maligno; un desquiciado", aseguró el Dr. Leiva y contó “el suicida actuó de la misma manera que lo hizo cuando acudió a Tito para contratar sus servicios a principio de junio”.
“Martínez lo espero en la puerta de su casa y le dijo que estaba acusado de abuso, que necesitaba sus servicios y que tenía dinero para pagarle, lo que llamó la atención de mi socio. Sin lugar a dudas era un caso menor en comparación con otros, en las que podía correr más riesgo su vida, pero él no tenía miedo”, recordó el abogado.