El Chori-Mbocá ya ha sido sensación en otras dos fiestas importantes de la región. “Sentía que al chipá mbocá le faltaba algo. Soy maestra jubilada y tengo ganas de seguir trabajando. Estoy muy feliz porque a la gente le gusta”, comentó Jero mientras conversaba y la llamaban para sacarse una foto junto al Chori-Mbocá.
El primer día estuvo cerca de los camarines y al segundo día, Jero se trasladó al ingreso del anfiteatro Cocomarola con sus puesto de Chori-Mbocá. Se la ve feliz trabajando y explicando una y otra vez cómo surgió esta iniciativa. “Me jubilé como maestra en la escuela Hogar. Después comencé junto a otra maestra en actividad a hacer chipá-mbocá”.
“Nosotros pensábamos que algo le faltaba al chipá mbocá. Hacíamos chiste de ponerle un chorizo y probar. Pero siempre hacía chistes nada más y no probábamos. Un día en mi casa hice la masa del chipá mbocá pero en forma de pan de hamburguesa para el choripán. Probamos y no nos gustó. Finalmente hicimos con chipá mbocá y nos gustó”.
“Este emprendimiento del Chori-Mbocá comenzó el 6 y 7 de enero en el festival del Chicharrón en San Luis del Palmar”, cuenta. “Después nos invitaron al Festival del Mango en Santa Ana y a las una de la mañana nos quedamos sin masa. Volvimos a mi casa y preparamos mucha masa. Volvimos al Festival del Mango y estuvimos hasta la cinco de la mañana haciendo Chori-Mboca”, cuenta y los ojos de Jero se encienden, sonríe, sus manos van y vienen entre la masa y no descansa un segundo. En el puesto no hay sillas. A los hombres y mujeres se los ve felices.
Por último Jero cuenta que desde el Instituto de Cultura la invitaron y le dijeron: “Vos tenés que estar en la Fiesta del Chamamé”. “Gracias a Dios estamos acá y la gente nos acompaña. Estamos muy bien”, afirma mientras se mueve para regalarle una sonrisa a una nena que se lleva su Chori-Mbocá y además quiere una foto con Jero. En el stand además están trabajando Eliana Rojas, Natalia Basolo, en los chorizos Daniel Flores y el fueguista es Francisco Flores.