Las plazas jugaron un rol importante en la historia de las grandes ciudades desde tiempos inmemoriales. Como por ejemplo, en la Antigua Grecia, cuando eran lugares de asambleas y debates políticos, hasta el transcurrir de nuestros días, donde funcionan como punto de encuentro para las personas.
Es importante contar con espacios verdes en medio de la “jungla de cemento”, que significa una ciudad capital como la nuestra. La plaza es el lugar al aire libre donde muchos niños y niñas comienzan a alimentar su imaginación con los juegos. Esto tiene un peso específico en los tiempos de hoy, en el que la tecnología tiende a aislar a los menores desde muy temprana edad. Promover esta clase de conductas no suele ser recomendable por diversos aspectos. Todo esto hace más preponderante su valía. Es indispensable que los infantes cuenten con espacios seguros para socializar con el ambiente y parte de la naturaleza, con los árboles funcionando como un pulmón.
Durante la primera semana del mes, el accidente de un niño de tres años en un juego giratorio de la plaza La Cruz despertó el llamado de atención. Rememorando lo sucedido, diferentes medios replicaron la noticia y los testimonios de su familia: el niño sufrió graves lesiones en uno de sus brazos. Esto sucedió luego de que el chico quedara atrapado en un juego giratorio.
La abuela del niño había relatado que su nieto se resbaló y resultó herido mientras el juego seguía su andar. En su declaración explicó que entre 7 y 8 hombres que se encontraban en las cercanías tuvieron que levantar la estructura para liberarlo. También había mencionado que el traslado fue rápido porque había ambulancias en el lugar.
El destino inmediato fue el Hospital Pediátrico Juan Pablo II, donde el niño fue atendido y le realizaron una limpieza profunda de la herida. En los días siguientes fue evaluado para analizar una posible cirugía que tendría como objetivo la reconstrucción de su antebrazo izquierdo. En los días posteriores, los familiares del nene solicitaron que la estructura sea retirada del lugar, explicando que cuenta con un espacio entre la base metálica y el pozo donde está emplazado. Ante lo sucedido, época estableció una comunicación con la madre del niño, quien dijo que no dará más información a la prensa sobre el estado de su hijo. Argumentó que tomaron la medida de manera conjunta con su círculo más cercano. El objetivo es reservar su estado y “guardarlo dentro del seno familiar”.
Para visibilizar al respecto, época realizó una recorrida por diferentes espacios similares en el microcentro para verificar su estado actual. El resultado fue encontrar diferentes situaciones particulares: desde juegos arreglados a medias con cables tras tener algún desperfecto y otros simplemente desgastados en su pintura por el paso del tiempo, producto de la constante exposición al sol y espacio a cielo abierto. También se pueden divisar maderas que ya no tienen la consistencia necesaria para resistir el peso promedio de un niño. Estos son algunos de los detalles que se replican en los diversos lugares visitados como parte de este informe.
Párrafo aparte para diferentes faros de iluminación con las tapas abiertas y los cables a la vista como hecho reiterado en los diferentes espacios. Se hace hincapié en este punto por la amenaza que podría significar al relacionarlo con el agua de las lluvias frecuentes. En esta visita secuencial, época revisó el estado del Parque Mitre y las denominadas plazas Libertad (ubicada por las calles San Martín e Yrigoyen, entre Perú y Julio Roca), Torrent (entre Bolívar, San Lorenzo, Belgrano y Catamarca), La Cruz (Buenos Aires, Salta, Bolívar y Belgrano).
Al consultar con Julio Bartra, secretario de Ambiente de la Municipalidad, explicó que desde su mirada “el mantenimiento general se encuentra bien. Muchos juegos son para determinadas edades. Es verdad que faltan algunos detalles mínimos por el paso del tiempo que va deteriorando algunas cosas”. Además señaló que las personas pueden informar telefónicamente al detectar alguna anormalidad para solucionarlas. Al ser consultado por el accidente del niño semanas atrás, Bartra expresó: “Se trató de un hecho desafortunado”. Como medida de prevención, el juego fue desplazado de su base, pero hasta el cierre de esta edición se encontraba en la plaza sostenido sobre un árbol. La base de la estructura fue cercada con vallas por precaución. “Vamos a revisar y realizar las acciones necesarias, si es mejor colocar un cartel de prevención, arreglarlo o sacarlo definitivamente de circulación”, concluyó.
Padres y madres opinaron al respecto
Otras personas consultadas como parte de este informe fueron diferentes madres y padres que se encontraban pasando el tiempo en uno de los cuatro lugares. “Dentro de todo, la plaza Libertad se mantiene”, comentó Pablo mientras hamacaba a su hijo, cuya mochila de jardín se encontraba a un costado, alejado del barro, resultado de las intermitentes lluvias de los días anteriores. “Siempre que tengo un rato al salir o antes de la escuela frecuentamos mucho la plaza Libertad, a mi entender está bien cuidada”, agregó al describir su rutina interactiva con estos ambientes al aire libre.
Pablo señaló que ellos eligen los lugares para jugar teniendo en cuenta la cercanía. Al puntualizar en el estado actual de las que frecuentan regularmente, dijo: “Creo que falta hacer un poco más de hincapié en el mantenimiento. Se remodelaron pero después se fueron rompiendo y, por lo general, quedan así una vez que eso pasa. En algunos casos se eligen soluciones improvisadas y en otros no los arreglan directamente”, expresó a época.
En el mismo lugar y por calle Catamarca estaba Rosa, otra madre que aportó unas palabras: “Venimos seguido porque tengo tres niños, dos nenas, de dos y seis años, y un varón de diez. Es bueno pasar tiempo con ellos y no tenerlos siempre encerrados”. Al mencionarle la noticia que movilizó este informe, explicó que desconocía sobre el hecho: “La plaza La Cruz es un lugar donde mis hijos juegan regularmente. Hay que reconocer también que somos los padres los que muchas veces perdemos la atención”.
Por otra parte, relacionó esta cuestión con los modos que emplean los niños: “También hay chicos que juegan muy brusco. En esa plaza hay juegos giratorios y hay que tener mucho cuidado. Tampoco me gustan los juegos que son de material porque son muy altos y les falta más seguridad. El resto son bastante seguros”. Al profundizar sobre el estado de estos juegos, opinó que hay un déficit en este sentido: “Los pusieron en condiciones pero hay poco mantenimiento. Faltan más medidas de seguridad y el compromiso de los ciudadanos”.