En campaña, el presidente Mauricio Macri parafraseaba a los economistas más ortodoxos e hizo propio un viejo slogan que indica a la inflación como “un impuesto a los pobres”. En su gestión esto se ratificó en las góndolas de los supermercados y en las mesas de los más necesitados. Los productos que más aumentan son los que consumen los que menos recursos tienen.

Así se desprende del Indice de Precios al Consumidor que el Instituto Nacional de Estadisticas y Censos (INDEC) dio a conocer este jueves. Con una suba promedio de 5,4% y un acumulado anual que roza el 40%, los sueldos más bajos se erosionan mes a mes.

El ránking de aumentos de octubre lo encabezan la sal, el jabón blanco y el polvo para hacer flan. Este último postre, otrora fetiche del macrismo -foto del presidente mediante- que malinterpretó una metáfora del humorista Alfredo Casero.

En lo estrictamente referido a los alimentos, aparece el golpe más duro para los sectores bajos y medios bajos. Hamburguesas -reemplazo de los cortes de carne en muchos casos-, fideos guiseros, harina, leche y yerba son los alimentos que más subieron en octubre. Todos aumentaron por encima de un 8%.

Además, se dieron brutales incrementos estacionalizados en frutas y verduras. La lechuga (más de un 76%), la batata y la papa (más de un 35%), pero en lo que va de noviembre ya se están acomodando en precios más lógicos.