Las graves inundaciones en el sur de Brasil han causado más de 600.000 desplazados. Según el último boletín de la Defensa Civil, el número de municipios afectados es de 446 y el total de residentes desplazados llega a 538 mil 545. Hasta el momento, 76 mil 884 mil personas están alojadas en refugios y 615 mil fueron obligadas a dejar sus casas. La tragedia ambiental afectó a cerca de 2,1 millones de habitantes de la división territorial. "Hay 148 muertos, 130 desaparecidos. Esta semana no está lloviendo, pero sí hay una ola de frío muy fuerte y un viento que genera cierto oleaje", comentó la periodista Lucia Cuffía. Explicó que "es una región muy plana que está muy cerca del nivel del mar que tiene dos lagos importante que reciben el afluente de 5 ríos de zonas donde ha lluvido mucho. Recibir toda esta cantidad de agua en una region plana, con morros, con una salida al mar muy estrecha hace muy dificil que puede salir el agua". Frente a esta catástrofe, el gobernador del estado declaró el estado de calamidad pública el 1 de mayo, por un período de 180 días. Esta declaración permite al gobierno estatal solicitar recursos federales para acciones de asistencia humanitaria y restablecimiento de servicios esenciales. La respuesta del gobierno federal ha sido significativa, con la asignación de veinte mil empleados para apoyar en diversas tareas críticas, como el restablecimiento de redes de energía y telecomunicaciones, la recuperación de carreteras y estructuras, la organización y gestión de albergues, la atención sanitaria y la garantía de la seguridad en las áreas afectadas. Se espera que la situación en Porto Alegre y otras áreas afectadas por las inundaciones siga siendo crítica durante varias semanas. El proceso de restablecimiento de la normalidad será largo y arduo, con muchas regiones aún sumergidas bajo el agua y con importantes desafíos por delante en términos de reconstrucción y recuperación.