El fin de semana fue un caos en cuanto a la cantidad de motocicletas robadas, que rozan casi la docena de vehículos. Dos de ellas fueron sustraídas al mismo tiempo del interior de un monoblock frente al barrio "La Chola" y tras cada hecho, arrecian los estafadores con datos falsos para poder "ganar" dinero con la desesperación de las víctimas. Los barrios costeros del Río Paraná son los lugares elegidos por los delincuentes para desaparecer o desarmar los vehículos robados. Fue cerca de las 5:30, cuando los dueños de una Honda Wave de 110 cc., y una Yamaha XTZ de 125 cc., sufrieron el robo de sus vehículos del interior del monoblock L, ubicado en el barrio Independencia, justo en el límite con el barrio "La Chola". Los malvivientes destrozaron un candado y la cerradura del portón de ingreso al edificio para poder llevarse las motocicletas. Según le dijeron los testigos a las víctimas, fueron tres los maleantes; entre ellos una mujer que oficiaba de "campana" del lado externo para darles aviso ante cualquier inconveniente. Los vehículos pertenecen a una mujer de apellido Espíndola y a un hombre de apellido Flores, quienes de inmediato denunciaron los robos ante la comisaría Décimos Quinta. Tras darse a publicidad el hecho a través de las redes sociales, las víctimas recibieron una impresionante cantidad de mensajes y llamados telefónicos, en su gran mayoría con información falsa y con fines de estafarlos a cambio de "datos precisos" sobre la ubicación de las motos, que en realidad solo buscan perjudicar a los dueños desesperados por recuperarlas a cualquier precio. En medio de tanta falsa información, las víctimas lograron un dato concreto de quienes los habrían robado y tras una búsqueda por el barrio Juan XXIII hallaron a un maleante apodado "Twity" con antecedentes por hechos similares. Efectivos policiales lo trasladaron hasta la comisaría Duodécima. Solo este fin de semana, se habrían robado alrededor de 12 motocicletas en el ámbito de la capital correntina, solo la mitad de los casos son denunciados, el resto las propias víctimas intentan recuperarlas por su cuenta, pero muchos de ellos caen víctimas de estafadores, quienes están siempre al acecho.