Hay para elegir, no importa el escenario porque la esencia es la misma y la 27ª Fiesta Nacional del Chamamé se agrandó y sumó escenarios, en esta ocasión para sus tradicionales bailantas en dos jornadas intensas en las pistas de Riachuelo, San Cosme y Santa Ana. En todas, lo que más se destacó fue la esencia de la cultura chamamecera y la visita de turistas.

Unas 300 mil personas disfrutaron ayer de la propuesta artística que ofreció el escenario del Camping Puente Pexoa que este año celebra una década de actividad. La madre de las bailantas tuvo de todo y para todos los gustos, donde además de música hubo propuestas para aprender a bailar, paseos a caballo, artesanías y buena gastronomía, entre un abanico de posibilidades para disfrutar de este encantador lugar.

San Cosme no se quedó atrás, y con la compañía de Juancito Güenaga y un puñado de artistas de referencia, pegó un sapukái en honor de sus patronos San Cosme y San Damián para celebra la segunda edición de su bailanta. La pista este año besó las aguas de la Laguna Totora y a orilla de su manto la danza tomó protagonismo.

Pero nada tuvo que envidiar Santa Ana de los Guácaras, otra de las localidades que detuvo en sus calles el tiempo y que ayer empapó aún más de tradición con la primera bailanta chamamecera. Numerosos artistas y la pasión por la cultura desplegaron el encanto característico que propone la apacible siesta del pueblo, una postal que cautivó a visitantes y turistas. El escenario se montó frente a la parroquia donde el baile hizo lo suyo.

El fin de semana que viene volverán a prender sus luces imaginarias para que las parejas disfruten de los principales artistas chamameceros. El sábado y domingo volverán a tener propuestas estos tres escenarios, mientras que el domingo inaugurará su sede la localidad de El Sombrero.